Ni las guerras ni los conflictos que estamos viviendo tienen la última palabra. La esperanza de que es posible vivir de otra manera, nos guía y nos anima. Aquí compartimos el deseo de quienes, representando a diferentes religiones y culturas, nos reunimos en espacios de diálogo interreligioso: que la paz nazca en todos los corazones para que aprendamos a vivir como hermanos. ¡Felices fiestas!