1. Home
  2. /
  3. Camino al Corazón
  4. /
  5. La decisión de amar...
  6. /
  7. La distancia entre nuestra...
La distancia entre nuestra intención y nuestros actos

Ines Ordoñez de Lanús

Si estamos decididos a amar, estamos en Dios, aunque no siempre podamos realizar actos de amor.


Cada día, al levantarnos, renovamos nuestra decisión de amar. Ejercitarnos en el bien supone el ejercicio de las virtudes. La virtud es el esfuerzo sostenido por hacer el bien. Así, cada día, la práctica del bien y del amor se irán transformando en un hábito y sencillamente…

¡Seremos buenos!

Cada DIA. Las letras de la palabra DIA nos ayudan a renovar nuestra decisión de amar cada día.

Decisión – Despiertos – Disponibles

Nuestra fe es una decisión por Dios, una decisión de fe que debo repetir todos los días, nuestra decisión de amar como Jesús nos enseña. Esta decisión es nuestra alianza con Dios. Tenemos que esta despiertos a la decisión que tomamos y disponibles a lo que esta decisión nos implica a lo largo de todo el día.

Intención – Interior – Integración

Esta decisión de amar, la ponemos cada día en nuestro corazón como una intención, una decisión interior: voy a intentar cada día, todos los días de mi vida, amar, y por lo tanto perdonar. Pero ¿cómo? No haciendo al otro lo que no quiero que me hagan a mí, o sea tratando al otro como me gusta que me traten a mí. Esta intención se va integrando en mi vida, y va integrando toda mi vida en el amor.

Acordarme – Actos de amor – Aquí y Ahora

Cada día ponemos la decisión como una intención en nuestro corazón.

Pero tenemos que acordarnos de esta decisión. La intención en el corazón (cordis) nos hace acordar para poder vivir acorde a la decisión tomada. El corazón siempre nos recuerda. Pero esta intención del corazón no siempre se expresa en las obras porque no siempre hacemos el bien que queremos, y a veces, hacemos el mal que no queremos hacer, en palabras de San Pablo. En esa distancia entre el corazón y el acto se encuentra la reconciliación de Jesucristo, que con amor nos dice: yo miro la intención de sus corazones. Y por eso, mientras vamos en camino, Él lo hace por nosotros.

En esto consiste la redención. Él dio su vida por nosotros, para que nosotros podamos sostenernos en la decisión de amar. Dios es el Amor. Si estamos decididos a amar, estamos en Dios, aunque no siempre podamos realizar actos de amor. Decididos a amar, con la intención en nuestro corazón, intentando amar. ¿Cómo?… con actos concretos de amor. ¿Cuándo?… en cada aquí y ahora de nuestra vida.

Extraído de meditación de Inés Ordoñez de Lanús, 2016