1. Home
  2. /
  3. Las Rutinas de Bienestar
Las Rutinas de Bienestar

Las Rutinas de Bienestar (RDB) son prácticas sencillas y cotidianas que nos ayudan a estar bien, a disponernos a recibir el momento presente haciéndole lugar a su novedad. Podemos realizarlas a lo largo del día, al comenzar alguna actividad o frente a una situación que nos inquieta, nos desconcierta.

Las RDB nos ayudan a integrar todas las dimensiones de nuestro ser para poder situarnos en el centro, y desde allí abrirnos a recibir la realidad de una forma integrada.

Se trata de aprender a “estar bien”, desde una experiencia de interioridad y encuentro profundo con Jesús.  

¿Cómo hacer una Rutina de Bienestar?

Comenzamos haciendo la Señal de la Cruz y poniéndonos en presencia de Jesús. Las RDB tienen 3 momentos y en cada uno de ellos se nos invita a un movimiento nuevo:

1. ME DESPIERTO:

Es una invitación a “darme cuenta” cómo estoy; a salir de mi rutina para entrar en una nueva sintonía. A través de movimientos corporales despierto mi conciencia espiritual: estoy aquí y ahora, y en este presente respiro, y me abro a la presencia de Dios en mí y en lo que me está pasando. Los movimientos modifican mi energía y me abren y disponen para los siguientes momentos.

2. ME ADENTRO:

Es un movimiento de entrada, una invitación a ir hacia adentro. Para ello me pongo en una posición cómoda, con brazos y piernas descruzados. A través de respiraciones completas entro en sintonía de mirada y escucha atenta a mí mismo: me percibo en cada una de las dimensiones de mi ser. Al mismo tiempo que me percibo, me recibo amorosamente, sin juzgarme. Hago lugar para todo lo que es y está dentro de mí. Me pregunto cómo estoy a cada paso. Percibo y recibo mis pensamientos, mis emociones, mi cuerpo, mis acciones, mis palabras; mi vida tal como está siendo. Lo hago en silencio. El silencio es compañero potente para ir a mi encuentro, en esta escucha amorosa, en este recibirme, así como estoy. Voy a ese lugar hondo y luminoso de mi corazón donde me encuentro y encuentro a Dios en mí, y permanezco en silencio allí unos minutos. Desde ahí quiero vivir la vida, en fidelidad a mi verdadera identidad, a mis decisiones y a la voz de Dios que se pronuncia en lo profundo invitándome a amar.

3. ME ENTREGO:

Es un movimiento de salida, una invitación a elegir cómo quiero vivir este momento, esta situación, este encuentro o este día. Desde este lugar profundo, luminoso y de calma, elijo cómo quiero estar en mis vínculos, en mis tareas y ocupaciones y en toda situación que la vida me presenta. Estoy presente; el Señor está Presente. Respiro hondo y a la luz de su presencia tomo una decisión; vuelvo a respirar hondo interiorizando esta decisión, y abro los ojos en un movimiento de salida hacia la vida, renovado, anclado en lo profundo de mi corazón, diciéndole al Señor, a la vida y a los hermanos: ¡Aquí estoy!… Quiero amar.